Entrevista sobre Hijos de un clon en el periódico La Opinión de la Sierra Oeste, Madrid, por Mercedes Lozano

Publicado en noviembre 10, 2012 | 0 comentarios

El autor de Hijos de un clon estudió sociología como pudo haber estudiado otras materias porque son muchas las disciplinas que le atraen y domina. Un hombre polifacético que estudió sociología y ha ejercido como funcionario, guionista, editor, galerista, publicista… Con el tiempo ha aprendido que lo importante no es lo que se haga, sino disfrutar haciéndolo, y ahora, nos hace disfrutar con su última novela con la que además de pasar un rato agradable nos hará reflexionar sobre algo que suscita tanta controversia como la clonación.

Desde 1982 es usted funcionario en Administración Local, profesión que ha compatibilizado con muchas otras anayadisciplinas a lo largo de estos años. ¿Con cuál ha disfrutado más?

Con todas, al igual que he sufrido con todas. La capacidad de disfrutar es algo que depende de uno. El trabajo es trabajo. Son otros factores, a veces externos, especialmente la gente con quien lo compartes, pero sobre todo internos, empezando por tu actitud ante él, lo que lo hace que sea una bendición o alcance el grado de maldición. Debo decir, con todo, que al ser vocacionalmente escritor, cuando la escritura es libre, no de encargo, me resulta especialmente gratificante.

¿Y cuál le ha decepcionado más?

En todas hay también semillas de decepción. Depende de nuestra actitud que germinen en nosotros o no. Aunque cualquier imposición porque sí es algo que me irrita especialmente.

Libro de pie abierto¿Podría decirse que la seguridad económica que le aporta ser Secretario-Interventor, le puede permitir practicar actividades culturales por vocación, independientemente del respaldo que tengan?

Desde el punto de vista económico sí. Desde otros puntos de vista, ha tenido un efecto dudoso. Cuando trabajé en el campo de la producción audiovisual, por ejemplo, alguien muy posicionado en el sector llegó a aconsejarme con la mejor intención que no dijese que era funcionario, pues sembraría dudas sobre mí o incluso me cerraría puertas.

Su último libro Hijos de un clon es una novela de ficción, dirigida especialmente al público juvenil. ¿Cree que la clonación es un tema que interesa a los jóvenes?

Si no les interesa debería hacerlo. Es uno de los asuntos hacia los que avanza, o retrocede, el mundo. Y es de los gordos, además. Y se la van a encontrar de frente. Y va a afectar profundamente a sus vidas independientemente de su interés hacia ella o no.

¿La clonación humana puede ser beneficiosa o perjudicial para la humanidad?

Un avance científico no es perjudicial mientras no se utilice perniciosamente. La clonación, como todo, puede abrir vías para mejorar la vida del ser humano, pero también puede ser una fuente de terror y dominación, como planteo en mi novela.

Los personajes principales de su libro son dos adolescentes, y muestra la soledad de ‘Peter’ quien solo tiene una única amiga ‘Dinah’, que vive volcada en él porque le da pena y es diferente a los demás chicos… ¿Qué valores pretende transmitir a los jóvenes con esta novela?

Conscientemente no pretendo transmitir nada a nadie cuando escribo, me horrorizaría contribuir a que cada vez seamos menos libres, como parece que somos aunque creamos lo contrario. Pero sí me sale incitar a la reflexión. Es una acción neutra que no dirige el pensamiento en ninguna dirección concreta y es algo que hoy en día escasea. Hay mucho intercambio de información, que por otra parte suele ser una mera repetición, pero reflexión muy poca.

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Hay un trasfondo que seguro hará pensar largo y tendido. ¿Considera que la sociedad, no solo la juventud, está preparada para aceptar con normalidad la clonación?

Creo que el individuo, como tal, está preparado para cualquier cosa, todos los días salen en los medios de comunicación casos espeluznantes. Pero la sociedad, como el ente independiente de él que por desgracia parece ser, sólo lo está para aquello que pueda controlar. Y la clonación hoy por hoy es incontrolable, pues la cuestión que se plantea entonces es quien controla al controlador. Por eso es precisa una reflexión individual antes, no cuando sea demasiado tarde, y tal vez ya lo es, como también se plantea en la novela.

En 2010 fue finalista del Premio Herralde de novela con El error. ¿Qué espera de Hijos de un clon?

Que el mercado permita que llegue a todos los lectores que querrían leerla. Después, espero que la historia que narra haga el resto. 

Para finalizar dos cuestiones de actualidad. ¿Cómo afecta la subida del tipo de IVA a la cultura?

El IVA es uno de los impuestos más injustos que existen, pues el mismo tipo impositivo no afecta igual al que gana 2 que al que gana 7. Pero tampoco sirve como excusa para no acceder a la cultura, pues si consideras ésta como un conjunto de conocimientos ya no hace falta ni desplazarse a las bibliotecas, donde es gratis, sino que la tienes en Internet, sin salir siquiera de tu casa. Y si la consideras como una actitud ante la vida, que es lo que yo creo que es, ya ni tienes que encender el ordenador, pues las actitudes de cada uno dependen únicamente del libre albedrío de cada uno.

¿Cree que la cultura está actualmente suficientemente apoyada?

La cultura como producto nunca estará suficientemente apoyada. Como creación, mejor que no lo esté, pues todo apoyo suele ser restrictivo. De hecho, la cultura apoyada se ha visto históricamente que es repetitiva, acomodaticia y conformista, atributos todos ellos diametralmente opuestos a lo que debe ser cualquier acto creador.

(Mercedes Lozano – LA OPINIÓN DE LA SIERRA OESTE, SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIAS, MADRID: noviembre de 2012)

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